Pensando en las vacaciones de verano, y mirando más allá de nuestras fronteras, se me ocurre un viaje precioso que realicé el año pasado. Un recorrido por la Costiera Amalfitana, en el Sur de Italia. Es una zona poco conocida por nosotros, los españoles, pues normalmente solemos visitar el país vecino centrándonos en ciudades como Roma, Venecia o Florencia, todas ellas increíbles. Pero si ya las conoces o si vas a acercarte a Nápoles o Pompeya, no deberías perderte esta zona de costa que se extiende al sur de estas dos ciudades y frente a la isla de Capri.
Dicen de ella que fue donde Ulises se vió tentado por el canto de las sirenas a su regreso a Ítaca. Steinbeck, la calificó como uno de los paisajes más bellos del mundo y Beckett compró allí una villa con un mirador, desde donde la vista se pierde hacia el infinito. El último que ha caído ante sus encantos, ha sido uno de mis compañeros de trabajo. Pues sí, al ver las fotos del viaje, decidió que este sería su destino de luna de miel este otoño.
Se trata de una ruta de pueblecitos blancos desperdigados en la montaña o sobre impresionantes acantilados frente al mar. Lo mejor es escoger uno de los múltiples y encantadores hoteles que datan de los años 60 y concretamente del boom del turismo italiano en esta zona. Suelen tener increíbles vistas e incluso una calita privada a la que se accede por ascensor. Una vez tengamos el hotel, éste será nuestro punto de partida para ir conociendo el resto de la costa. La Circumvesuviana, línea de tren que sale de Nápoles y recorre la zona, pasa por Pompeya y llega a Sorrento. A partir de ahí, las únicas opciones que quedan son el coche o el autobús público para visitar Positano, Amalfi y por fin Ravello, ya en un punto más elevado y el único enclave de los mencionados que no linda con el mar, aunque éste sea visible desde casi cualquier parte de este encantador refugio colgado de la montaña.
Las carreteras son estrechas y de dos sentidos, por lo que es habitual durante todo el recorrido el sonido de los klaxon en las curvas y los ohhh… y ahhh… de los turistas cuando el autobús parece inclinarse peligrosamente hacia los acantilados.
El mar y las rocas a un lado nos ofrecen un mágico espectáculo, mientras las rocas y los viñedos al otro, hacen contraste. Es un mundo de colores vivos: el verde de la vegetación y los viñedos, el intenso azul del mar y el cielo, el blanco de las casitas y el marrón de la tierra. Puedes detenerte en la primera parada, el romántico pueblo de Positano, o dejarte llevar en este ajetreado paseo hacia algún rincón perdido.
Mi recomendación es no dejar pasar Amalfi, una antigua República Marinera, que data del siglo X. Este lugar que da nombre a la costa, tiene el encanto de un pueblecillo de pescadores, y sin embargo conserva vestigios de su pasado glorioso como importante puerto comercial con Oriente. Es agradable perderse entre sus callecitas blancas, donde sus habitantes se pasean, comercian y viven de manera sencilla, pero también lo es adentrarte en una de las papelerías más antiguas, aquella que se encuentra en la plaza principal, y admirar el sobrio y elegante papel (producto típico del pueblo) que sirve como base a grabados, cartas o sobres.
Al caer la tarde, suele salir una pequeña procesión que honra a la virgen que protege a los marineros y los cantos de las gentes, junto a la luz de las velas y el negro de la noche y el mar crean una atmósfera mágica. Sin embargo, sin lugar a dudas lo más impresionante de Amalfi se esconde en la plaza que hemos mencionado, enorme, casi tocando el cielo. Nos soprende si venimos del puerto o de la playa, pues está oculta hasta que entras en la plaza. Es la catedral de Amalfi. De estilo bizantino y bellos mosaicos en la fachada, se encuentra al final de una empinada escalera entre las rocas de la montaña.
Si nos quedan fuerzas después de tantas sensaciones y tanta carretera, deberíamos coger de nuevo el autobús o el coche y dirigirnos a
Ravello, para visitarlo a fondo. Nosotros, de momento, nos quedaremos saboreando lo que hemos visitado hoy y la aventura continuará otro día.
Israel Olivera dijo,
junio 13, 2007 @ 6:51 pm
Qué sueño, la costa Amalfitana. Tuve una amiga que se llamaba Imara, hace año ya, que tenía una casa en Positano. Me invitóa ir, pero era más cortesía que otra cosa. Sé que algunas secuencias de la película de Luc Besson «El Gran Azul» también se rodaron por aquellas costas. Tengo una colección de fotos de la Costiera Amalfitana recopiladas de internet. Te veo en esa terraza y muero de envidia, sólo te faltan unos spaghetti frutti di mare. Saludos.
chus dijo,
junio 14, 2007 @ 10:31 am
Quiero ir, quiero ir ya ¡que bonito!.Besos.Chus
Juana dijo,
junio 14, 2007 @ 5:36 pm
Y yo quiero ir en el Circunvesuviano.Me hace soñar sólo pensarlo.
Desde aquí y el 14 de junio felicito a mi Begotxu.
ZORIONAK
Bego dijo,
junio 14, 2007 @ 9:47 pm
Juana,Israel gracias por vuestra felicitación y por vuestro cariño.
Susana,me acuerdo de cuando estabas preparando este viaje.
Juana dijo,
junio 18, 2007 @ 4:20 pm
Métele caña al blog que ahora no puedo viajar real…cuéntanos más cositas.Besos.
Arantza dijo,
septiembre 24, 2011 @ 12:26 pm
hola guapa!
aqui venia a ver tus recomendaciones italianas como ya hice con praga, pero esta vez no me sirve, estamos organizando un viaje a la Toscana…
algun blog en el que pueda consultar que me recomiendes??
gracias!!!
xoxo
Susana dijo,
septiembre 26, 2011 @ 8:38 am
¡Hola Arantza!
¡Qué ilu que hayas pasado por aquí a buscar info para tu viaje!
Te dejo los enlaces a la parte dedicada a Toscana de algunos blogs y una web de viajes:
http://www.viajablog.com/resultados/?cx=partner-pub-6500544679040308%3Ag1qu6dnqg1b&cof=FORID%3A11&ie=ISO-8859-1&q=toscana&sa=Buscar&siteurl=www.viajablog.com%252F
http://www.3viajesaldia.com/?s=toscana&submit=Ir
http://www.diariodelviajero.com/busqueda?cx=partner-pub-9977500652563564%3A5496840395&q=toscana&ie=UTF-8&oe=UTF-8&cof=FORID%3A10&x=0&y=0
http://www.minube.com/viajes/italia/toscana
¡Espero que te sirvan! ¡Besos!
Arantza dijo,
septiembre 26, 2011 @ 8:47 am
muchas gracias guapa!! voy a pasarme ahora por los enlaces!
besitos