Muy cerquita de Waterloo y no lejos de Bruselas se encuentra la Abadía de Villers, un lugar que por sí mismo ya justificaría una visita a Valonia y a Bélgica. Se trata de uno de esos escenarios que parecen haber quedado congelados en el tiempo, como en una de esas películas de ciencia ficción donde la humanidad ha desaparecido y las plantas y la naturaleza vuelven a apoderarse de las ruinas que el hombre ha dejado atrás. Es uno de esos lugares que nos recuerdan que nuestras vidas son efímeras, pero donde escuchando las palabras de un buen guía somos capaces de imaginar el pasado glorioso que algún día hubo en ellos.
Nos cuentan, mientras avanzamos entre piedras y vegetación, que fue en el siglo XIV cuando la Abadía de Villers alcanzó un mayor poder financiero en la región, si bien su historia se remonta al año 1146. Además, nuestro guía subraya enseguida la variedad de estilos arquitectónicos que podemos encontrar en esta construcción y que abarcan desde el románico y el gótico al neoclásico, este último resultado de la modernización de la Abadía llevada a cabo en el siglo XVIII, tras la venta de parte de sus extensos terrenos.
Llegamos a una pradera y admiramos el claustro que nos rodea, o más bien lo que queda de él, que como todo lo que hay por aquí, se encuentra parcialmente cubierto por plantas trepadoras. A este particular espacio sólo podían acceder los habitantes de la Abadía: monjes cistercienses que sabían leer y escribir y se dedicaban a labores espirituales y conversos o legos dedicados a trabajos manuales o administrativos. El claustro era así un lugar de reunión para unos y otros, algo excepcional. En efecto, los dos grupos estaban normalmente separados: la parte oeste de la Abadía se reservaba para los legos y sus tareas físicas, mientras que la parte este, orientada a la tumba de Jesucristo en Jerusalem, se destinaba a los monjes y a las cuestiones espirituales.
Ya que estamos situándonos, aprovecho también para contaros que en la parte norte de la Abadía de Villers se situaba la iglesia y al sur las cocinas y los comedores. Junto al comedor de los monjes había un lavatorium que permitía la purificación antes de las comidas. Estas, por cierto, no incluían carne, pues el objetivo de los habitantes de la Abadía era vivir como los más pobres de la sociedad, que no tenían acceso a ella. Dentro de sus murallas se vivía en la pobreza y tratando de lograr una permanente mejora del propio comportamiento, lo que en última instancia permitiría ir al cielo. Existían también dos bodegas en el recinto, una seca y otra húmeda. La primera permitía almacenar de agosto a octubre la comida. En ella se conservaban sobre todo cereales, frutas y vegetales, con vinagre de manzana y sal. En la segunda, se guardaba el queso, única forma de preservar la leche.
Es sorprendente, pero nos dicen que la Abadía era capaz de funcionar de manera independiente respecto al exterior. Su suministro de agua provenía de un río cercano, contaba con una granja, con talleres, con una panadería y con una carpintería, donde los legos fabricaban sus propias herramientas para trabajar la tierra. La Abadía de Villers tenía incluso su propia fábrica de cerveza. Esta circunstancia se explica porque esta bebida permitía evitar enfermedades, ya que que durante su proceso de fabricación el líquido se hierve. También el alcohol que contiene posibilitaba su conservación durante más tiempo. Finalmente, en aquella época la cerveza era un componente fundamental de la dieta diaria. De hecho, debido a todas estas ventajas, una parte de la producción de la Abadía se vendía al exterior.
Otro dato curioso es que la Abadía de Villers contaba con un portero que debía ser un hombre sabio y con experiencia, pues era el encargado de decidir quién podía traspasar el único acceso existente a la Abadía. Una prueba que solía hacer el portero para averiguar si el viajero era un buen hombre era pedirle que rezara en la capilla de la portería. Si sus oraciones demostraban que era un buen cristiano, el portero permitía que entrara al recinto. Además, la primera comida del visitante era gratuita, pero si quería quedarse más tiempo debía realizar alguna actividad en beneficio de la comunidad a cambio.
Durante la visita, tuvimos también derecho a una pequeña clase de arte románico junto a la parte de la Abadía que data de esta época. Así, nos contaron que las características bóvedas románicas desvían la fuerza de la gravedad que actúa sobre ellas hacia la pared, por lo que es necesario el uso de contrafuertes, que mediante la aplicación de una fuerza igual en el muro, evitan que éste caiga. Las ventanas pequeñas y la reducida altura de las paredes facilitan también que las bóvedas mantengan su posición.
Por otro lado, parece ser que tanto monjes como legos pasaban un 70% de su tiempo en los oficios. Así que encaminamos nuestros pasos hacia la iglesia, un elemento fundamental de la Abadía de Villers y la parte más impresionante del recorrido. El edificio pertenece al gótico primario, una técnica de construcción que, según nos explicaron, fue introducida por los cruzados que regresaron de Jerusalem. Aquí es protagonista la piedra central de las bóvedas, de la que parten un pequeño pilar y un gran pilar de apariencia ligera. En este caso, es característico el arbotante, un arco que recoge la presión ejercida sobre los muros y la transmite al contrafuerte. Su existencia permite la inclusión de grandes vidrieras en las paredes. Un dato interesante que descubrimos es que la iglesia contaba con muchas capillas, porque cada cura tenía que realizar su misa diaria. Por otro lado, os cuento que la entrada de la iglesia se orienta al oeste, mientras que el altar indica el este, que como ya hemos mencionado, es donde se encuentra la tumba de Jesucristo en Jerusalem. En medio, un muro de madera separaba a los monjes (reunidos en la zona este) de los legos (zona oeste). Una última curiosidad es que en la Abadía de Villers no había imágenes en las vidrieras, pero sí un cristal blanco no transparente, pues los monjes no podían ser vistos desde el exterior.
Como veis son muchas las cosas que aprendimos en esta visita en la que era fácil dejar volar la imaginación e ir introduciendo personajes, actividades y objetos que completaran el evocador escenario en el que nos movíamos… ¿Qué os han parecido las curiosidades de la Abadía de Villers? ¿Os atraen también a vosotros este tipo de ruinas?
Consejos prácticos
Si estáis en Valonia (especialmente en Waterloo) o en Bruselas, no os olvidéis de hacer esta excursión.
Para planificar la visita os recomiendo pasar por la web de la Abadía de Villers.
Nos contaron que normalmente hay guías españoles disponibles. La visita guiada merece mucho la pena.
También supimos que en julio y agosto se representan aquí obras de teatro. Este año se pudo ver El nombre de la rosa de Umberto Eco. Genial, ¿no?
¡Que tengáis una semana especialmente evocadora!
La Abadía de Villers: unas ruinas donde soñar despierto en Bélgica/Villers Abbey: some ruins to daydream in Belgium
Vilva dijo,
octubre 17, 2011 @ 8:37 am
No conozco Bruselas, pero estas fotos de la abadía son preciosas.
VV.
El collar de Hampstead dijo,
octubre 17, 2011 @ 9:30 am
Qué maravilla de lugar!Me lo apunto.
gracias,bss,Carmen
Arantza dijo,
octubre 17, 2011 @ 11:00 am
Que bonito!!! a mi es que todo lo que sean ruinas, viviendas sin tejado y ventanas me encantan! si además en su interior tienen algún árbol o enredadera como en este caso más aún!
xoxo
somoviajeros dijo,
octubre 17, 2011 @ 12:21 pm
me gustan más tus fotos que las mías ;D
La Almoneda de Gabriela dijo,
octubre 17, 2011 @ 3:55 pm
Qué bonito sitio!!! Sería genial un viajecito por la zona;=)
Un besito
Marta dijo,
octubre 17, 2011 @ 7:35 pm
Una de las visitas más interesantes y con un guía de lujo ; )
dissapointed dijo,
octubre 18, 2011 @ 7:16 am
Este es del tipo de lugares donde me pasaria media vida mirando cada una de sus piedras, cada rincon, cada grieta, me encantan!! me vuelven loca! tan especial, con tanta historia!!! me gusta muchisimo!!!!
besos bonita!! feliz dia!
Víctor (Vivir Europa) dijo,
octubre 18, 2011 @ 8:13 am
¡Qué fantásticas fotografías y explicación! Es un lugar mágico de verdad.
theROOM dijo,
octubre 18, 2011 @ 10:32 am
El otro día estaba mirando cosas para un posible viaje a Marruecos, y me vine a tu blog directamente, pasando de google! 😀
La actualización de hoy, fantástica.
Qué ganas de hacer las maletas!
karmucaycuquino dijo,
octubre 18, 2011 @ 11:02 am
me encanta este sitio.
gracias por el post
saludos desde
http://karmucaycuquino.blogspot.com/
Miss Ewig dijo,
octubre 18, 2011 @ 11:14 am
Que hermoso lugar… Parece un cuento de hadas. Debe haber sido una visita apasionante!
Me quedo con el nombre del lugar!!!!!
Xxx
Gildo Kaldorana dijo,
octubre 18, 2011 @ 11:30 am
Muy bonito e interesante.
Algún día también yo aprenderé a hacer las fotos tan bien.
Saludos
Begoña dijo,
octubre 18, 2011 @ 4:02 pm
Una vivencia fantastica, gracias a tu relato es facil imaginar con el recorrido que nos has hecho la vida en una abadía.
Patyclau dijo,
octubre 18, 2011 @ 8:37 pm
¡¡Qué sitio más maravilloso!!
Pienso ir, desde mi nuevo lugar en el mundo, no quiero perderme ya nada, y sobretodo estos sitios tan increibles.
Un abrazo, Susana
Susana_MqR dijo,
octubre 19, 2011 @ 7:57 am
por dios q lugar mas bonito!
bsss
Alex dijo,
octubre 19, 2011 @ 9:37 am
Very interesting photos!
would be a pleasure if you visit me on my blog too!
xxx
mes caprices belges dijo,
octubre 19, 2011 @ 11:28 am
Es un sitio maravilloso…estuve con mis hijas en un mes de junio y es espectacular. Además tiene un restaurante al lado que está muy bien.
La pena de que por estos lares, no publiciten mucho las maravillas que hay en ese país 🙁
Los viajes de Lucas dijo,
octubre 20, 2011 @ 11:25 am
Estuve hace año y medio por allí…. y no la ví que pena….. habrá que volver
Chus dijo,
octubre 22, 2011 @ 3:30 pm
A mi las ruinas siempre me parecen muy evocadoras y me encanta echar a volar la imaginación. En este caso son fantásticas y el relato ayuda mucho.
Como en diciembre voy a Bruselas, intentaré, si hay tiempo, hacer una escapada. Sería genial.
Susana dijo,
noviembre 14, 2011 @ 8:29 am
¡Hola!
Vilva, El collar de Hampstead, Arantza, La Almoneda de Gabriela, Marta, dissapointed, Miss Ewig, Begoña, Patyclau, Susana_MqR- ¡Chicas! ¡Gracias! ¡Qué bien que os guste este lugar! Fue de mis preferidos del viaje ;).
somosviajeros- ¡Wow! ¡Gracias compi por el comentario :))))!
Víctor (Vivir Europa)- ¡Qué ilusión un comentario tuyo por aquí! ¡Y qué bien que te haya gustado el post! ¡Gracias :)))!
theROOM- ¡Menudo comentario! ¡Le sube la moral a cualquiera! ¡Muchísimas gracias, eres un cielo :)! A ver si cuento prontito más cositas de Marrakech ;)…
karmucaycuquino- ¡Gracias y bienvenida!
Gildo Kaldorana- ¡Bienvenido por aquí! ¡Y gracias por un comentario tan halagador :)!
Alex- Hey! Thanks so much for visiting! Welcome to the blog!
mes caprices belges- Precioso lugar, ¿verdad? La Ofi de Turismo de Bruselas Valonia ahora está intentando dar a conocer maravillas como esta y yo estoy encantada de contribuir a través del blog ;)).
Los viajes de Lucas- ¡La próxima vez no te la puedes perder ;)!
Chus- ¡Si tienes tiempo, merece mucho la pena :)))!
¡Gracias a todos por comentar! ¡Un beso!
maria margalef dijo,
septiembre 1, 2012 @ 2:21 pm
Yo estuve el año pasado es precioso,un lugar con encanto.Lo recomiendo