Hotel Tambo del Inka: fusión de tradición y modernidad para una estancia de relax en el Valle Sagrado/Tambo del Inka hotel: a mix of tradition and modernity for a relaxed stay in the Sacred Valley

Cuentan que el Río Urubamba era el centro de todo para los incas: el Willca Mayu o Río Sagrado. Para esta civilización precolombina se trataba de la contraparte de la Vía Láctea en la tierra, su curso seguía el mismo recorrido y los dos acababan encontrándose en el fin del mundo. Quizá esta creencia se debía a que el citado río era la fuente de la fertilidad del famoso Valle Sagrado, por el que se esparcieron los distintos asentamientos incas.

Como si de un asentamiento inca se tratara, junto al Río Urubamba y en pleno Valle Sagrado se encuentra el impresionante hotel Tambo del Inka. Para vuestro conocimiento os diré, que un tambo es un término general utilizado en Perú para una posada o albergue, establecimientos muy utilizados en tiempos incas por los chasquis o mensajeros, que corriendo de un lugar a otro garantizaban la comunicación entre pueblos. En este caso, el tambo del que hablamos es muy especial.

¿Sabéis lo que es que se te pierda en el coche donde has ido de excursión la tapa de la cámara de fotos nueva y que al llegar al hotel todo el mundo se lance a ayudarte a buscarla? ¡Pues así es el personal del hotel Tambo del Inka! ¡Todo sonrisas y dedicación! ¡Una primera impresión que se me quedó grabada! Pero por supuesto hay más… Os lo cuento todo a continuación.

Por su situación, Tambo del Inka es un hotel en el que forzosamente no pasas mucho tiempo durante el día, ya que el Valle Sagrado ofrece múltiples excursiones que no debes perderte y el hotel está idealmente situado para realizarlas. Ollantaytambo, Písac, Maras y Moray son algunas de ellas y no hay que olvidar el merecidamente famoso Machu Picchu. Por eso, se trata de un alojamiento en el que disfrutas mucho de las tardes y las noches. ¡Y está preparado para que lo hagas al máximo! Las zonas comunes del hotel son especialmente amplias y agradables. Una perfecta fusión arquitectónica y decorativa de modernidad y tradición artesanal característica de los pueblos andinos de Perú. Esto te recordará en todo momento que estás en un lugar único en el mundo con una cultura muy determinada: pompones de vivos colores, telas violetas, fucsias, tonos amarillos… Hay un bar y una terraza muy recomendables, pero mi rincón preferido es sin duda el que forman los sillones que hay junto a la elegante chimenea de piedra, material que recuerda a las construcciones incas. El mate de coca no está nunca muy lejos, por si lo necesitamos debido a la altitud, que por aquí ronda los 2.800 metros.

En el restaurante cobra importancia la luz que emana de las delicadas lámparas que cuelgan de una preciosa estructura de madera, que se eleva sobre nuestras cabezas y recuerda a un árbol. El espacio es mágico y acogedor a pesar de sus grandes dimensiones. Cuenta con una preciosa chimenea de piedra similar a la del lobby y con altísimas paredes adornadas con enormes cortinas de colores. Tambo del Inka tiene su propio huerto y  por ello algunos platos del restaurante resultan especialmente atractivos, pues están elaborados con productos de este último. Ejemplo de ello son las cremas. También destacan los platos de carne, en general muy sabrosa durante todo nuestro viaje por Perú. Imprescindible volver por la mañana para el estupendo desayuno-buffet con ricas y variadas propuestas dulces y otras tantas delicias saladas.

La piscina de agua templada del hotel Tambo del Inka es lo que más apetece tras un día de caminata. Sólo está parcialmente cubierta, así que si sueñas con contemplar las estrellas y esa Vía Láctea de la que antes hablábamos mientras te das un chapuzón, aquí tus sueños pueden hacerse realidad.  También es buena idea reservar una mañana para hacer unos largos y contemplar desde esta infinity pool, que desemboca en una de las fuentes del jardín, los árboles que se elevan enormes sobre nosotros y el Río Urubamba que discurre imperturbable a nuestro lado.

La habitación de Tambo del Inka, nuestro enorme rincón de intimidad en el Valle Sagrado, te sorprenderá con algunos detalles de bienvenida que siempre se agradecen: bombones, un sudoku, un par de zapatillas para sentirte como en casa… La estancia recibe luz natural a través de una ventana al exterior desde la que contemplar las montañas del Valle Sagrado. Por la noche, la iluminación suave crea un ambiente acogedor. Un auténtico placer deslizarse entonces bajo el edredón nórdico de la enorme y confortable cama. ¡No olvidéis que durante nuestras vacaciones en Perú allí era invierno! Un acierto el sofá con cojines de telas locales. Y los preciosos detalles andinos aquí y allá. También nos gustó mucho el pequeño vestidor. El techo recuerda al de las tradicionales casas incas de techo de paja. Finalmente, el baño, muy amplio es moderno y cuenta con cálidos detalles de madera, una ducha efecto lluvia y amenities de Gilchrist & Soames.

Datos prácticos

Si queréis más información sobre el hotel Tambo del Inka esta es vuestra web.

En esta etapa del viaje contamos con Tikariy, la agencia de actividades del hotel, para la mayoría de las excursiones que hicimos, mientras que organizamos la visita a Machu Picchu por nuestra cuenta. Pronto habrá posts al respecto por aquí.

Para saber más sobre nuestra aventura en Perú tenéis de momento estos posts.